viernes, 5 de septiembre de 2014

Citas: El fantasma de las alas de oro - V. Blasco Ibañez

"La vida es un sacrificio, hija mía".
 
"—Eres la alegría de mi vida —suspiraba el marido enamorado— ¿Qué haría yo sin ti? La mayor fortuna de mi vida ha sido encontrarte".

"Sólo los que tienen poco o no tienen nada necesitan arriesgarse".
 
"—No llores más, porque tú triunfas".

"Los hombres cambian. Todos sentimos la necesidad de poner un poco de moral, de delicadeza y de poesía en nuestras pasiones".

"Hay que dar a la juventud lo que es ella, sin que esto nos inspire malos pensamientos. Los celos resultan infames cuando se posee una mujer tan noble y tan justa en sus propósitos como es la mía".
 
"El que es osado nunca llega a ninguna parte".
 
"Una parte de ella sentía deseos de verle, a la vez que una segunda mitad de su ser la reprochaba este afecto".

"Él la besó con un larguisimo beso, y ella, estremecida, se mantuvo con los labios apretados".

"¿Por qué resistirse al destino...? Habían nacido uno para otro, y eran inútiles cuantos obstáculos levantase".

"Como si el destino jugase con ellos, antes de unirlos definitivamente".

"La boca amorosa dejó de hablar para pegarse a la suya con un larguísimo beso".

"—No me hables de usted —protestó Marcelo—. Llámame de tú, si es que me amas. Yo soy tu verdadero amor".

"¡Prometemos de buena fe tantas cosas que la vida nos impide luego cumplir...!".

"Muchas veces somos menos culpables de lo que parecemos".

"Vivamos nuestra vida y no renunciemos por vagos fantasmas a la felicidad que puede ofrecernos la hora presente".




 V. Blasco Ibañez

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