miércoles, 14 de diciembre de 2016

Citas: El niño en la cima de la montaña - John Boyne

"—Yo también te quiero —respondió Pierrot—. Pero cuando más te quiero es cuando me llevas a hombros y finges ser un caballo. No me gusta que te sientes en la butaca y te niegues a hablarnos a mí y a Madre.
—A mí tampoco me gustan esos momentos —contestó su padre—. Pero a veces es como si tuviera una nube oscura justo encima y no consiguiera moverla. Por eso bebo. Me ayuda a olvidar".

"Apartamos de nuestra vida a la gente que queremos, no hablamos de las cosas que importan y no permitimos que nadie nos ayude".


"Mi tiempo es valioso, aunque el tuyo no lo sea".

"Los uniformes nos permiten dar rienda suelta a nuestra crueldad sin sentirnos culpables".

"—¿Un trabajo? —preguntó Pierrot, mirándola con cara de sorpresa.
—Sí, por supuesto. En la casa de la cima de la montaña todos deben trabajar. Incluido tú. El trabajo nos hace libres… Eso dice el señor".

"Es el recorrido perfecto: luchamos para lograr nuestros objetivos, purificamos el mundo y luego volvemos a convertirlo en un lugar hermoso".


"Somos como un par de magníficos robles plantados muy juntos. Nuestras raíces se entrelazan bajo la tierra. Corte una, y la otra padecerá. Permita que una florezca, y lo harán ambas".

"—No creo que eso sea posible —dijo al cabo de unos instantes—. Ya tuve mi oportunidad.
—Cualquier cosa es posible".


"—Qué preciosa eres —susurró Pieter entonces, y se sorprendió de que esas palabras hubieran salido de sus labios.
—Basta, Pieter.
—Pero ¿por qué? —repuso él, acercándose tanto que el aroma de su perfume casi lo embriagó—. Es lo que quiero".


 "—Pero yo no era más que un niño —dijo él con tono suplicante—. Yo no sabía nada. No comprendía nada.
Ella negó con la cabeza y tomó la mano del chico entre las suyas.
—Pieter. Mírame.
Él alzó la vista, con lágrimas en los ojos.
—Nunca finjas que no sabías lo que estaba pasando aquí. Tienes ojos y oídos. Y estuviste en esa habitación muchas veces, tomando notas. Lo oíste todo. Lo viste todo. Lo sabías todo. Y sabes también de qué cosas eres responsable. —Titubeó, pero era necesario decirlo—. Las muertes que cargas en tu conciencia. Aún eres joven, sólo tienes dieciséis años, te queda mucha vida por delante para llegar a aceptar tu complicidad en estas cuestiones. 

Pero nunca te convenzas de que no lo sabías. —Le soltó la mano—. Ése sería el peor crimen de todos".




John Boyne

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