miércoles, 14 de febrero de 2018

Citas: Por un puñado de besos - Jordi Sierra i Fabra

"Abrió la puerta del bar lanzando el
último suspiro y sin saber si entraba en el cielo o el infierno".

"Se detuvo frente a ella.
En lo último que pensó fue en la paradoja del destino.
¿Cómo era posible que aquel ángel...?
—¿Olga?
—Sí.
—Soy Jaime.
—Bien.
La primera sonrisa.
Se sintió turbado".

"Ya no solo era curiosidad.
Era como si en un abrir y cerrar de ojos algo hubiese cambiado, en él, en su mente, en su alma, en el mismo corazón".

"—¿Sabes por qué te escogí? —preguntó Olga.
—No.
—En tu carta decías que el tiempo es solo la forma en que gastamos la vida".

"Nadie podía saber lo que había en ese final. Lo esencial, siempre, era seguir".

"Necesitaba llenar algo más que aquel armario o los cajones de la cómoda.
Necesitaba llenar su vida".

"Se tumbó sobre la cama boca arriba, con los brazos por detrás de la cabeza y los ojos mirando el techo. No los cerró. Odiaba la oscuridad. Era un preludio demasiado claro de la muerte.
Y lo que más deseaba era vivir".

"«No odies a quien hayas amado», decía el poema".

"El amor también era una ansiedad tanto como una necesidad fisiológica".

"Nadie estaba tan solo como para que no hubiera alguien parecido en alguna parte".

"«... porque el tiempo es solo la forma en que gastamos la vida, y a veces hay que ponerse una venda en los ojos para no ver el reloj ni mirar el calendario. O romperlos. Basta con dejarse llevar, y sentir, y gastar esa vida a manos llenas para que no quede nada en el último adiós".

"En la vida real el amor es un sueño para dos, en el que frecuentemente uno sueña y el otro se deja soñar".

"—Ya sé que no eres gay. Se te nota.
—Ah, ¿sí? ¿En qué?
—Por cómo me miras.
—¿Cómo te miro?
—Mitad alucinado, mitad sorprendido, mitad embobado.
—¡Vaya por Dios!".

"Yo no llamo a eso ser fuerte. ¡Es el miedo el que nos mueve!".

"—No somos más que tiempo —suspiró la muchacha—. Si no hay tiempo, ¿qué nos queda?".

"De pronto me doy cuenta de que necesito sentirme viva el tiempo que lo esté, porque no es igual estar vivo que sentirse vivo".

"—Olga, el amor no puede imponerse.
—A veces la necesidad es más fuerte.
—Eso es desesperación.
—¿Y no estamos desesperados?".

"—¿Crees en el amor a primera vista?
—Es el único amor verdadero, el de los sentidos, cuando te alcanza esa fuerza y te desnuda sin más, sin darte tiempo a pensar. Y creo en él aunque me haya ido mal siempre".

"La gente echa a correr cuando les dices que tienes sida. Si callas, los engañas. Si se lo cuentas, los pierdes. Pero no somos unos apestados. Somos personas normales y corrientes que podemos desarrollar un mal que nos va a matar, como otros tienen cáncer".

"—Y para empezar habrá que luchar contra tus fantasmas, aunque no estarás solo. Yo te ayudaré. Si me dejas. ¿Te parece bien? 
Se rindió.
«Un poco más —pensó—. Un poco más.»
El único fantasma era él".

"—Estuve en la India con mis padres, cuando tenía catorce años —dijo—. Era la primera vez que hacía un viaje tan largo y fue...
—Fascinante.
—Sí. ¿Has estado allí?
—No, pero la India o te enamora o duele tanto que te obliga a cerrar los ojos y darle la espalda, lo sé".

"—¿Te das cuenta de que los románticos cada vez somos menos en este mundo?".

"—¿Cómo te imaginabas tu vida?
No era una pregunta. Era todo un mundo".

"—No me conoces.
—Todos estamos hechos de verdades y mentiras, pero al final siempre queda lo mismo: una mirada, un roce. —Volvió a tomarle de la mano. Se la acarició—. Y en eso reside la última certeza. No hay nada más".

"—Todos llevamos puesto un anuncio —repuso Olga de pronto, agarrando la taza con las dos manos como si fuera su único punto de apoyo en el mundo—.
Unos dicen «socorro», otros «quiero montármelo», otros «creo en el amor para siempre»".

"El amor los hacía diferentes".

"«Vete.»
Esta vez sí, sus piernas le obedecieron. Se apartó de la esquina por última vez, levantó los ojos, se despidió de ella con un dolor desconocido atravesándole la razón «Sé feliz», le deseó.
Y justo al dar media vuelta se la encontró, de cara, sonriendo con aquella radiante ternura que tanto le sobrecogía el ánimo, algo congestionada porque acababa de llegar corriendo.
—¡Eh, que solo llego cinco minutos tarde! ¿Adónde ibas?".

"Quería estar a su lado.
Verla todos los días.
Amarla".

"—Apenas me conoces.
—A veces somos libros abiertos para otras personas. A mí se me han agudizado los sentidos desde que me dijeron que era seropositiva.
—No has vivido lo suficiente para saber cómo terminan esos libros".

"—Si no pruebas las cosas, no sabrás si pueden salir bien".

"—¿Y si nadie te hubiera respondido?
—Sabía que lo harían.
—¿Por qué?
—Porque siempre hay alguien al otro lado, estés como estés, pase lo que pase, por mal que te encuentres.
—Eso es confiar mucho en el ser humano.
—No, eso es confiar en la vida".

"—No podrías vivir con una persona sin amarla.
—Llegué a creer que sí".

"Una vida detenida en septiembre. Olga era eso. Una vida con fecha de caducidad.
«Consumir antes de...»".

"—Le has visto tres veces, por Dios.
No puedes estar tan loca.
—Mis padres se conocieron una mañana, por la noche se besaron, tres días después hicieron el amor y a la semana eran novios.
—¡Eran otros tiempos!
—Siempre son los mismos para el amor".

"—Sigue sonando a amor imposible —musitó.
La respuesta de Olga fue rápida y directa: —No hay amores imposibles, solo idiotas con prejuicios".

"Un único beso y, sin embargo, todo un mundo".

"Tanto amor para nada.
Tanto daño para nada.
Ya no hubo más".

"—Te quiero —suspiró.
Le salió del alma. No pensaba en algo así. Pero lo dijo".

"—Vives de prestado —le dijo a la imagen del espejo—. Ya no tienes una vida, tienes un epílogo".

"—Mamá, que hoy en día esto es distinto —intervino Luisa—. Salir con alguien no significa tener novio, y mucho menos pensar en boda o en vivir juntos".

"Demasiado joven para vivir, demasiado vieja para morir.
No, demasiado joven para todo, vivir y morir".

"Estaban en un semáforo, aguardando reanudar el paso. Se miraron a los ojos.
En los de ella vio promesas, quizá un grito. En el fondo todo el mundo gritaba en silencio, al otro lado de su propia soledad".

"Recuerda lo que te digo siempre: tu cabeza es la mejor medicina. No subestimes el poder de la mente".

"—Estás cambiado —le dijo Jaime.
—¿No me digas que la buena vida ya está haciendo que me engorde? —se asustó.
—No, me refiero a cambiado de... bueno, no sé, la mirada, el ánimo.
—Mi madre me dijo el otro día que tenía luz en la cara.
—Pues será eso.
—Así que debo de parecer una lámpara —se burló de sí mismo".

"Dejó de verla al salir de su mundo y cerró los ojos incapaz de continuar manteniéndolos abiertos".

"Silencio en la casa, silencio tras la ventana, silencio en la noche y en el alma.
Silencio".

"De entre todos los amores imposibles, fui a escogerte a ti —o más bien te escogió el destino—. De entre todas tus peores pesadillas, fui a aparecer yo".

"No sé qué nos pasó. Pero nos pasó. No sé qué sucedió. Pero sucedió. El amor es extraño".

"Esperanzas. Un poco de abril,
algo de mayo, todo
septiembre. Abril para
despertar, mayo para saber,
septiembre para vivir
eternamente. Abril para
encontrarnos, mayo para
amarnos, septiembre para
estar juntos eternamente".

"—No creía que hablar de la extinción de las ballenas...
—No importa de qué hables —le recordó Jonathan—. Da igual de qué escribas mientras lo sientas. Y esto lo has sentido".

"—El sábado a cenar a casa.
—Vale.
—Si tienes algún plan...
—No, no.
—Digo que si tienes algún plan puedes traerlo.
—No tengo ningún plan".

"—No me digas que se casan.
—Mejor que eso, hombre: está embarazada.
Fue un impacto.
—¿Qué?
—Lo que oyes.
—Pero ¿ha sido premeditado? Quiero decir si...
—No, falló la píldora, pero ¿sabes qué? Ya está. Estamos... en una nube.
—Tío, me dejas...
—Eso mismo: serás su tío, ¿qué tal?".

"El beso llegó antes que las palabras.
Suave, dulce, prolongado.
Las palabras llegaron antes que sus primeros pasos.
—Te quiero —dijo él.
—Es suficiente —dijo ella.
Y sus primeros pasos llegaron antes que el futuro".




Jordi Sierra i Fabra

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